Capítulo 1
El poder del mar cobra vida en una esfera.
¿Existe un marco más exigente para un artista que las minúsculas dimensiones de la esfera de un reloj? Actualmente muchos artistas modernos tratan de liberarse de los volúmenes convencionales de los cuadros o de las esculturas y buscan expresar su arte en grandes salas o en espacios extremadamente amplios. Tomemos como ejemplo una de las obras de tamaño medio del artista Christo, que necesitó toda la longitud del Pont Neuf de París, o su Running Fence, que ocupó varias millas de la campiña californiana. No existe tanta libertad, como es fácil de imaginar, cuando se trata de crear una obra de arte en la esfera de un reloj o en los componentes de un movimiento; las dimensiones y los espacios son allí minúsculos y están estrictamente delimitados. Eso no es un obstáculo para los artesanos del Taller de Oficios Artísticos de Blancpain, cuyas técnicas y motivos no conocen límites, ya trabajen a pequeña o a gran escala. En los bancos de trabajo de la granja de Le Brassus, que pertenece a la familia de Blancpain desde 1860 y acoge tanto el Taller de Oficios Artísticos como la producción de grandescomplicaciones, los artesanos se entregan en cuerpo y alma a la práctica del grabado, el esmaltado en sus múltiples variantes (pintura en miniatura, tabicado y champlevé), el damasquinado, el shakudō y otras formas de expresión artística excepcionales e inauditas.
La creación más reciente del Taller de Oficios Artísticos de Blancpain es La Gran Ola, un grabado que se inspira en una estampa japonesa del artista Hokusai de 1830 denominada La gran ola de Kanagawa. Esta es, probablemente, la imagen más icónica del arte japonés. Como se sabe, Hokusai dijo que hasta los setenta años jamás había producido un dibujo que tuviera tanto mérito. Le tomó todo ese tiempo aprender “la verdadera naturaleza de las cosas”. El artista, que se fijó un extremado nivel de exigencia, declaró: “Tendría que llegar a los cien años para producir obrasmaravillosas y alcanzar un nivel excepcional”. Por supuesto, no comparten esto las legiones de admiradores que durante tantos años se han maravillado con las obras realizadas por el artista a lo largo de su vida, en particular con La gran ola de Kanagawa, creada mucho antes de llegar a los cien. Muy pocas obras maestras han comunicado con tanta fuerza el poder y la furia del mar. Hoy en día, las 5.000 copias hechas a partir de la estampa de madera son tesoros codiciados que han inspirado muchas obras posteriormente. El escritor y crítico francés Edmond de Goncourt la describió de la siguiente manera:
“La pintura de la ola es una deificación del mar, creada por un pintor que vivió aterrorizado por el agobiante océano que rodeaba íntegramente su país; el autor está impresionado por la repentina furia del salto del mar hacia el cielo...”
Capturar la fuerza y el dinamismo de la ola en los escasos milímetros de la cara de un reloj constituyó un desafío extraordinario para Christophe Bernardot, que trabaja en el Taller de Oficios Artísticos de Blancpain. Pero fue él mismo quien se impuso este reto. Existen dos orientaciones filosóficas inquebrantables para dar vida a los proyectos del taller de Le Brassus. El primero, en total desacuerdo con la ortodoxia comercial, es que Bernardot y su equipo son quienes proponen los temas artísticos y los proyectos, en lugar de que la dirección los imponga mediante la promulgación de un edicto. Por supuesto, las ideas se presentan al CEO de Blancpain, Marc A. Hayek, para su aprobación, pero esto no coarta el librepensamiento y la libertad ilimitada de generar ideas que echen raíces en Le Brassus. El segundo imperativo creativo de Bernardot es hacer caso omiso de las producciones de las otras casas relojeras y, sobre todo, evitar reproducir los motivos de los relojes antiguos que se encuentran en los museos. ¿Dónde está la creatividad en una esfera de reloj que se inspira en una pieza creada hace 200 años?
Liberado de las disposiciones de la dirección y de la polvorienta historia, Bernardot dio libre curso a su imaginación. Tras explorar en los últimos años hermosos temas de inspiración china e hindú, decidió orientarse hacia nuevos horizontes. Así fue como le vino a la mente la asociación de la cultura japonesa con la devoción de Blancpain por la protección medioambiental de los océanos expresada en su Ocean Commitment. No necesitó mucho tiempo para conectar estos pensamientos con la icónica representación del mar de Hokusai.
¿Cómo expresar el dinamismo del mar en la esfera de un reloj? Bernardot quería apresar la fuerza y el movimiento para enaltecer una esfera clásica de forma redonda. ¿Con el esmalte? ¿Con un grabado? Quería realizar una representación enérgica que lo condujera a la creación de un grabado tridimensional de la ola en oro blanco. Para darle mayor profundidad, fijó la pieza sobre una base realizada con la técnica shakudō, utilizada por primera vez en Blancpain en las galardonadas esferas Ganesh. Tras aplicar a la imagen grabada múltiples tratamientos, como el pulido de algunas zonas, Bernardot jugó con las tonalidades, aportando sombra, luz y energía a la ola.
La compleja ola se realizó en forma de applique, como dicen los relojeros, es decir, como un elemento que va aplicado a la superficie de la esfera. Para Bernardot no fue evidente encontrar el material de base, ya que quería mostrar la ola sin eclipsarla ni recargarla. Unos acabados claros o demasiado suaves podían destruir el espíritu de la pieza. Tras examinar una gran variedad de materiales, seleccionó para la base la obsidiana plateada de México, una piedra fina que hasta entonces jamás se había empleado en un reloj. Su misterio- so color gris, punteado con nubes de copos plateados, le confiere el encanto que se buscaba para crear la atmósfera de una tormenta. Con el color y la textura deseados, Bernardot se enfrentó por último al desafío de aplicar la gran ola de oro blanco grabada a mano, lo que implicaba taladrar unos minúsculos agujeros en la piedra para fijar los diminutos pies que sobresalían por el lado del fondo del applique. Se necesitó una técnica muy fina para evitar romper o rajar la base de obsidiana.
Al igual que otras creaciones del Taller de Oficios Artísticos de la granja, el reloj La Gran Ola, que se presentó en Basilea, es una pieza única. Habrá otras, y cada pieza será un ejemplar único con variaciones de forma y color. De hecho, los coleccionistas ya han empezado a encargar piezas confeccionadas a medida añadiendo otros elementos al cuadro, como barcos de pescadores y la montaña Fuji. Cada reloj se producirá en edición limitada de una sola pieza.
El reloj La Gran Ola inicia un nuevo capítulo en la colección de oficios artísticos de Blancpain. Anteriormente, la firma utilizaba como base para sus piezas especiales su calibre 15B, un movimiento para reloj de bolsillo. Para La Gran Ola decidió adoptar una nueva variante de su calibre de base 13R0, creado en 2006, que ha permitido el lanzamiento de 35 nuevos movimientos Blancpain y hoy se encuentran en casi todas las colecciones. En la nueva versión del 13R3A que anima La Gran Ola, la visualización de la reserva de marcha se coloca en el reverso del reloj. Ambos movimientos comparten, no obstante, una reserva de marcha extraordinaria de ocho días y la arquitectura especial dictada por sus tres barriletes montados en serie. Por consiguiente, La Gran Ola no solo abre nuevos caminos con su combinación original de tema, materiales y técnica en la esfera, sino que además se diferencia de las otras creaciones artísticas de Blancpain por su movimiento técnico de vanguardia.