Capítulo 1
El ahora icónico Fifty Fathoms MIL-SPEC fue seleccionado por la Marina de los EE.UU. como su reloj de buceo. La versión Tribute rinde homenaje a su historia.
Todo parece obvio a toro pasado. Aprovechando los poderes aparentemente ilimitados de la mirada retrospectiva, todos podemos cubrirnos con el manto de la creatividad sin límites. Las innovaciones producto de incansables y brutales esfuerzos, logradas a menudo después de reveses humillantes, nos parecen obvias y fáciles. Por eso, si miramos atrás y contemplamos el más de medio siglo de historia del Blancpain Fifty Fathoms, así como las ideas inspiradoras que permitieron definir sus características, podemos caer en la trampa retrospectiva de creer que fue fácil y pensar: “Claro, es así como tenía que ser un reloj de buceo, ¿acaso no son todos de esta manera?”.
Efectivamente, algunas de las características del Fifty Fathoms se aceptan hoy de manera casi universal para definir el género. Sin embargo, no es porque estos elementos fueran obvios en su momento, como podría sugerir engañosamente una visión retrospectiva, sino porque un pionero creó el primer reloj de buceo moderno y el resto del mundo lo siguió. El pionero que abrió el camino fue Blancpain.
La presentación en Baselworld 2017 del nuevo Tribute to Fifty Fathoms MIL-SPEC de Blancpain, que incorpora todas las características originales y un elemento adicional, un indicador de humedad, brinda la oportunidad de rememorar la evolución de los Fifty Fathoms desde su nacimiento hasta la creación de las dos versiones que se convirtieron en el reloj de buceo de la Marina de los Estados Unidos y marcaron un hito en la historia del buceo.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial el buceo todavía estaba en sus inicios. Como suele suceder con las actividades de nuevo cuño, había más entusiasmo que medios técnicos. Los aficionados y profesionales (en aquel momento militares) luchaban por familiarizarse con el mundo submarino y sus exigencias. Los acontecimientos se sucedieron y situaron al Fifty Fathoms como puente entre los esfuerzos de estos dos grupos, encabezados por parte de los aficionados por el CEO de Blancpain en aquel momento, Jean-Jacques Fiechter, y por parte de los profesionales militares por Robert (Bob) Maloubier y el teniente Claude Riffaud, del recién formado Cuerpo de Nadadores de Combate de
la Marina Nacional Francesa. En el mundo del buceo amateur, del que formaba parte Fiechter como miembro de un club ubicado en el sur de Francia, aún no se entendía que los buceadores necesitaran un reloj. Una inmersión lo cambió todo. Sin un reloj para controlar su tiempo bajo el agua, Jean-Jacques Fiechter agotó sus tanques de oxígeno. Resistiendo el impulso del pánico, recordó que si subía demasiado rápido a la superficie corría el riesgo de sufrir lesiones; tenía que subir poco a poco, midiendo tanto el ritmo del ascenso como los límites de su respiración. Por supuesto, sobrevivió al susto, pero una vez superada la cruda emoción, empleó sus profundos conocimientos y su inspiración para crear un instrumento de medición del tiempo para aquellos que compartían su pasión por el buceo. De vuelta a los talleres de Blancpain, Fiechter se dedicó a diseñar un reloj que le permitiera, a él y a sus compañeros buzos, programar sus inmersiones de forma segura, fácil y fiable. No tenía guion. No había precedentes. La mayoría de desarrollos relojeros se construyen sobre los cimientos de siglos de tradición, pero Fiechter se lanzó sin una guía, proyectando el diseño sobre un lienzo en blanco. ¿Qué atributos debía tener su reloj? Estanqueidad, eso seguro. Pero, ¿cómo podía utilizarse un reloj en un entorno húmedo? Si se programaba una inmersión, ¿cómo se podía marcar la hora de inicio? Por otra parte, y dado que los imanes formaban parte del entorno de buceo, ¿cómo podía protegerse el reloj del magnetismo? ¿Qué se necesitaba para leer el reloj bajo el agua? ¿Qué mejoraría la legibilidad? ¿Debía ser de cuerda manual o automática? Encontrar respuestas era vital, pero también lo era hacer las preguntas correctas.
Las cosas no fueron mucho más fáciles para el equipo militar francés. En un aspecto, sus miembros tenían una ventaja considerable con respecto a Fiechter: ellos tenían muy claro que sus buzos necesitaban un instrumento para medir el tiempo. No necesitaron una “revelación” después de quedarse sin aire durante una inmersión. Esa idea inicial, sin embargo, no dio lugar a un reloj que funcionara. Al principio se dirigieron a una compañía de relojes francesa llamada LIP, que alegremente les proporcionó lo que consideraron un reloj de buceo. Las muestras recibidas resultaron ser pequeñas, difíciles de leer bajo el agua y, lo peor de todo, distaban mucho de ser sumergibles. En palabras de Maloubier para describir las pruebas, los relojes “murieron ahogados”. Otras casas relojeras no pudieron ofrecerles nada. Finalmente, los militares franceses contactaron con Fiechter en Blancpain.
El puente entre el buceo militar y el aficionado empezó entonces a tomar forma. Las ideas del equipo francés sobre lo que necesitaban para sus misiones submarinas y las especificaciones de Fiechter, formadas a partir de su propia experiencia de buceo, encajaron por completo. Al recibir las muestras de los Fifty Fathoms para su evaluación, los militares descubrieron que el diseño de Blancpain incorporaba las características que necesitaban. Hicieron las pruebas correspondientes y resultaron ser un éxito. La Marina francesa ya tenía su reloj.
¿Cuál fue entonces la fórmula inaugurada por el Fifty Fathoms de Blancpain? Una mejor hermeticidad basada en dos soluciones que Jean-Jacques Fiechter hizo patentar: dos juntas para la corona y un sistema de cierre específico para el fondo de la caja. La corona estaba muy bien ideada: al estar dotada de dos juntas, se logró asegurar una óptima protección contra la humedad, incluso cuando se extraía parcialmente la corona. Para reforzar la hermeticidad, Fiechter decidió que el reloj tenía que ser automático, lo que permitía minimizar el desgaste del sistema de fijación de la corona, menos solicitado que en un reloj de cuerda manual cotidiano. La legibilidad era un problema importante en la medida en que el medio submarino y el uso de la máscara eran un obstáculo. En consecuencia, el relojero eligió una caja de gran diámetro y un fondo blanco para las indicaciones del bisel, los índices y las agujas. Para facilitar la lectura en la oscuridad, las agujas y los índices eran luminiscentes. El bisel giratorio también resultó ser otro componente ingenioso: si se colocaba el punto de referencia del bisel frente a la aguja de los minutos al empezar la inmersión, se podía visualizar el tiempo trascurrido directamente sobre el bisel. Y para evitar que el bisel se girara por accidente, Blancpain concibió un sistema de bloqueo. Para facilitar la sincronización de los relojes, tan importante durante las inmersiones en grupo, el Fifty Fathoms se benefició también de un mecanismo “stop segundos” que inmovilizaba las agujas cuando se extraía la corona. Así, los miembros del grupo podían ajustar la hora simultáneamente. Por último, como sabía del uso de potentes imanes en el universo del buceo, Fiechter protegió el movimiento del magnetismo colocándolo en una caja de hierro dulce que le servía de escudo. Nunca antes se había concebido un reloj de buceo con tantas funciones y conceptos perfectamente adaptados al mundo submarino y a las necesidades de los buzos.
El ideal de los militares franceses respondía perfectamente a las expectativas de los aficionados, es decir, de los civiles. Muy pronto el Fifty Fathoms se impuso como un elemento esencial del equipo de buceo, tan importante como las botellas de oxígeno, los aparatos respiratorios, las máscaras y las aletas. Este gardetemps se volvió tan indispensable que se vendía al gran público en las tiendas de material de buceo. AquaLung es un ejemplo elocuente. Este fabricante de botellas de oxígeno y de aparatos respiratorios disponía de una red de tiendas de equipos de buceo donde no solo vendían o alquilaban sus propios productos, sino también el Fifty Fathoms. La asimilación entre los relojes y el resto de accesorios de buceo era tal que AquaLung pidió a Blancpain modelos con la inscripción “Aqua Lung” sobre la esfera.
La Marina nacional francesa no fue la única en adoptar el Fifty Fathoms para sus buzos. También se convirtió en el reloj de los marines de los Estados Unidos, Alemania, España, Israel y Pakistán, entre otros. Su historia con la Marina de los Estados Unidos merece una atención particular. Los relojes de la US Navy se dieron a conocer bajo el nombre MIL-SPEC. Hoy, esos modelos son probablemente los Fifty Fathoms más codiciados y buscados en el mercado de los relojes antiguos, con precios de venta altísimos en las subastas. Precisamente el patrimonio MIL-SPEC sirvió de inspiración para la nueva edición limitada Tribute to Fifty Fathoms MIL-SPEC. Más adelante hablaremos de esta creación, que causó sensación en el momento de su lanzamiento en Baselworld 2017, pero volvamos a la historia.
Este nuevo episodio gira en torno al distribuidor de Blancpain en los Estados Unidos, Allen V. Tornek, quien se asoció con el hermano de Jean-Jacques Fiechter, René, al que había conocido en Nueva York, con el objetivo de evitar las tasas de aduana aplicadas a los relojes en los Estados Unidos, por aquel entonces muy altas. Tras conocer a Jean-Jacques a través de René, Allen V. Tornek estableció con Blancpain una relación empresarial que duraría muchas décadas.
Hay una constante en la historia del Fifty Fathoms y es, justamente, el papel primordial que la pasión por el buceo desempeñó en distintos momentos clave. En los inicios, Jean-Jacques Fiechter creó un reloj que cumpliera con las necesidades surgidas de su experiencia como buzo. Posteriormente, su renacimiento contemporáneo vino de la mano de Marc A. Hayek, el actual director general de la marca, e impulsado también por su pasión por el buceo. En el caso de Allen V. Tornek, el apasionado era su hijo Larry. El padre descubrió el Fifty Fathoms en uno de sus primeros encuentros con Fiechter y se interesó en él gracias a la nueva pasión de su hijo. Volvió a los Estados Unidos con un ejemplar y Larry quedó fascinado, a tal punto que aún hoy, medio siglo después, lo conserva como oro en paño. Además de la felicidad de hacerle este regalo a su hijo, una idea nació en la mente de Allen V. Tornek. ¿Por qué no buscar la manera de distribuir el Fifty Fathoms en los Estados Unidos? Más aún, si la Marina francesa lo había adoptado, ¿por qué no contactar con el comprador potencial más importante de todos, es decir, la US Navy?
Lanzarse por los meandros inextricables de los procedimientos gubernamentales puede ser complejo, y al parecer aún más cuando se trata del ejército. Tornek sabía que necesitaba un guía, así que contactó con un coronel jubilado en Washington DC. Corría el año 1955 y la Navy estaba definiendo las características de lo que denominaba “relojes de pulsera sumergibles”. Si en circunstancias normales ya era difícil cerrar un acuerdo para Blancpain, Fiechter y Tornek tuvieron que enfrentarse a un gran prejuicio en favor de una empresa americana por parte de la Navy. Además, las autoridades habían elaborado las especificaciones en colaboración con aquel proveedor potencial con la idea de confiarle el pedido. Para agravar la situación, la Buy American Act también ponía una gran cantidad de obstáculos a los relojes no americanos, en particular debido a una regla que recomendaba la “compra” (palabra que evocaremos nuevamente más adelante) de rubíes fabricados en los Estados Unidos, que se unía a otros factores desalentadores como el pago de un 25% de impuestos. Los dados parecían estar trucados para Blancpain.
No obstante, Tornek optó por coger el toro por los cuernos y viajó a Suiza para hablar con Fiechter. A pesar de que los obstáculos parecían insalvables y el proceso concebido para llegar a un acuerdo con la empresa americana, ambos decidieron seguir adelante.
El pliego de especificaciones de 1955 tenía bases sólidas. Sus exigencias se parecían bastante a las de los relojes Fifty Fathoms, que ya estaban en manos de los marines. El documento incorporaba la descripción de lo que Blancpain había inventado dos años antes, con un único elemento adicional: una pastilla de hermeticidad que Blancpain añadió después.
Hermeticidad
3.6.1 Exigencias, caja, general.
El conjunto caja-cristal debe ser hermético y lo suficientemente rígido como para soportar una presión hidrostática de 175 libras por pulgada cuadrada (presión diferencial) sin infiltraciones.
3.9 Exigencias, pastilla de hermeticidad.
Se deberá fijar firmemente a la esfera, en un lugar visible, una pastilla de hermeticidad. La rotación fluida de las agujas no se debe ver afectada por la incorporación de la pastilla.
Legibilidad en la oscuridad
3.7.1 Exigencias, esferas y agujas, general.
La legibilidad en este reloj es primordial. Debe ser legible en oscuridad total. Todos los indicadores tienen que ser nítidos, presentar aristas perfectas y ser fáciles de reconocer con respecto a otros índices, tanto de cerca como de lejos.
3.7.4 Exigencias, esferas y agujas.
Las tres agujas deben ser visiblemente distintas unas de otras y destacar con respecto al fondo de la esfera, ya sea a plena luz del día o en la oscuridad total.
Bisel giratorio externo
3.6.6 Exigencias, bisel giratorio externo sobre la caja. El reloj debe estar equipado con un bisel giratorio externo colocado en la posición que por lo general ocupa el bisel fijo normal. En el momento de la inmersión, se hará girar el bisel para que el punto de referencia quede alineado con una de las agujas. Esta pieza se debe concebir de tal modo que se pueda girar y ajustar a mano, sin herramientas. Asimismo, se debe proteger para evitar los movimientos fortuitos causados por roces, golpes o vibraciones.
Mientras la Marina americana esperaba que la empresa relojera “favorita” desarrollara un reloj, tuvo que buscar soluciones intermedias. Sus concesiones se resumen en un informe de diciembre de 1957 en el que declara que Blancpain y otra marca suiza producen relojes que encajan con su uso.
Blancpain tenía una ventaja: gozaba de más de dos años de experiencia con el Fifty Fathoms, lo que permitió a Jean-Jacques Fiechter añadir al original de 1953 una innovación: la pastilla de hermeticidad. La idea tenía sentido para el relojero. Sabía que en muchos contextos, y en particular en el ámbito militar, los Fifty Fathoms no se podían manipular como cualquier reloj personal. En lugar de entregárselos a los buzos para que los llevaran y conservaran como si fuesen suyos, se los daban al inicio de una misión junto con el resto del equipo de buceo y los devolvían a los responsables de los equipos al terminar la inmersión. Por consiguiente, un buzo se podía encontrar con un reloj distinto en cada operación sin tener la más mínima información sobre la manera en que se había utilizado previamente la unidad recibida. En concreto, el buzo no podía saber si el reloj había sido mal manipulado. Jean-Jacques Fiechter se dio cuenta del riesgo. ¿Y si durante la inmersión anterior la corona se había atascado en una red o había sido maltratada, a tal punto que la humedad hubiese penetrado en el reloj? Si el usuario anterior no informaba del incidente, el siguiente usuario no lo podía saber… Fiechter encontró entonces una solución elegante: un pequeño disco fijado en la esfera a la altura de las 6 horas que cambia de color al contacto con la humedad. Esta versión no solo fue adoptada por la Marina francesa, sino también por Jacques-Yves Cousteau y el equipo que lo acompañaba en sus expediciones, y con él se rodó la película oscarizada El mundo del silencio.
Tras conocer las especificaciones de 1955 de la US Navy, Fiechter mejoró el concepto de la pastilla de hermeticidad. En lugar de crear un simple disco que cambiara de color, desarrolló una versión bicolor, mitad azul claro y mitad rojo. En caso de infiltración de humedad, el azul se volvía rojo. Así, cuando un buzo recibía su reloj antes de una misión, si veía perfectamente el color azul sobre el disco podía estar seguro de que la hermeticidad no se había alterado.
Los Fifty Fathoms dotados de la pastilla de hermeticidad bicolor se denominan MIL-SPEC, ya que se desarrollaron conforme a las especificaciones de la US Navy.
En 1958, la US Navy probó varios relojes Blancpain MIL-SPEC junto con otros modelos creados por empresas suizas. La empresa americana elegida por la Marina seguía desarrollando su reloj y no se presentó a las pruebas. Así fue como se confirmó el acuerdo referente al uso provisional del Blancpain MIL-SPEC. Definitivamente, era el único reloj probado por la Marina que incluía todos los elementos exigidos en las especificaciones de 1955. Resulta interesante observar que el otro reloj suizo que se seleccionó junto con el Blancpain en aquella fase intermedia, en 1957, no superó los estrictos controles y desapareció de la lista de la US Navy.
En 1959 se organizaron otras pruebas, simplemente porque la sociedad americana que contaba con los favores de la Navy había finalizado por fin su prototipo de reloj USN. Lejos de ocultar su preferencia, la Marina americana escribió expresamente que el “objetivo principal” de aquel nuevo test era hacer una evaluación del reloj americano en situación de uso en comparación con los suizos. En el caso de Blancpain, no lo consideró necesario, ya que había superado con éxito todas las pruebas durante la fase de experimentación. El informe especificó: “Este reloj (Blancpain) no se ha sometido a ninguna prueba especial desde su adopción (informe de 1958), sin embargo se viene usando de manera continua en muchos ejercicios de buceo”.
El reloj americano no destacó. La Navy mencionó que “el bisel externo tiende a desprenderse; su pastilla de hermeticidad solo permite determinar la hermeticidad en el momento del incidente; y la estética de la esfera y de las agujas está lejos de ser óptima”. El único reloj que resultaba satisfactorio en cada prueba y respondía a todos los criterios exigidos era el Blancpain. El informe recuerda la experiencia de la Navy con doce relojes Blancpain Fifty Fathoms MIL-SPEC a lo largo de lo que denominaron “la operación HARDTACK”. Los doce relojes se llevaron de manera continua durante los tres o cuatro meses que duró la operación. La descripción es muy elocuente:
“Los buzos han utilizado activamente estos relojes durante todo el período, sometiéndolos a golpes y a un uso intenso durante las complicadas operaciones, tanto en la superficie como en los fondos marinos. La profundidad máxima de inmersión fue de 185 pies, aunque un gran número de ellas se efectuaron a profundidades de aproximadamente 150 pies. Los relojes se utilizaron principalmente para bucear con botellas, una actividad para la cual el cronometraje es esencial en vista de las profundidades en cuestión”.
Las prestaciones de los relojes se describieron como “altamente satisfactorias” y ninguno de los relojes “mostró el más mínimo signo de infiltración”. El bisel giratorio recibió una mención especial:
“Muy pronto, el bisel exterior de los relojes fue considerado como un elemento indispensable… La facilidad de manipulación del anillo y la lectura de las cifras resultó mucho mejor en el Blancpain que en los otros relojes utilizados en plena acción”.
Además, se revelaron otras características especiales de los relojes Blancpain:
“Dos pequeños elementos aparentemente insignificantes –el hecho de que el ajuste del reloj no necesite que se desatornille un capuchón de hermeticidad y que las agujas se detengan cuando se tira de la tija de remontoir– resultaron muy útiles en situaciones en las que hubo que sincronizar rápidamente varios relojes. Nótese que la ausencia del capuchón de hermeticidad aparentemente no altera la resistencia a las infiltraciones”.
El informe se refería a dos elementos que Blancpain integró en el Fifty Fathoms desde las primeras versiones producidas por Jean-Jacques Fiechter. Los movimientos se concibieron para “pararse”, lo que significa que, cuando se tira de la corona hasta la posición de ajuste de la hora, el movimiento queda bloqueado. Esto facilita la sincronización en cuestión. La excelente hermeticidad sin recurrir a un capuchón atornillado se debe al sistema patentado de corona con dos juntas inventado por Fiechter.
La conclusión de este informe amplifica los elogios:
“En resumen, la experiencia vivida con los doce relojes sumergibles Blancpain durante la operación HARDTACK dio satisfacción casi total. No podemos proponer ningún tipo de mejora para este reloj”.
Al repasar este informe de 1959, en el que todos los criterios militares están clasificados y todas las prestaciones de los divers watches consignadas, salta a la vista otra constante. El único reloj que recibió la mención “satisfactorio” en todos los aspectos evaluados por la Navy fue el Blancpain.
La Navy publicó otros dos documentos de especificaciones técnicas, uno en septiembre de 1959 y otro en marzo de 1961. La diferencia entre ambos residía principalmente en la incorporación de los criterios antimagnéticos. La versión de 1961 incluía este aspecto para eliminar el riesgo de que los relojes hicieran explotar las minas por detonación magnética. El Fifty Fathoms fue validado en ambos casos. La versión de 1959 corresponde al Fifty Fathoms MIL-SPEC original, algunas veces denominado MIL-SPEC 1, mientras que la versión antimagnética de 1961 corresponde a la versión posterior, el Fifty Fathoms MIL-SPEC 2.1
Estas especificaciones exigieron controles de calificación en las instalaciones militares, además de todos los controles efectuados anteriormente. El sitio elegido por la Navy fue el Frankford Arsenal de Filadelfia, abierto en 1916, bajo la presidencia de James Madison, como pequeña manufactura de armas y municiones.2 Larry Tornek, que pudo asistir al programa de controles, conserva un recuerdo muy vivo. Recién diplomado por la prestigiosa Harton Business School de Filadelfia, su padre lo designó para representar a Blancpain. Los controles eran muy rigurosos y uno en particular lo impresionó. El párrafo 4.4.9.1, relativo al control de resistencia del cristal, imponía colocar un tubo de acero de 40 pulgadas sobre el cristal del reloj y soltar una bola de acero macizo en el interior del tubo para golpear el cristal.
¹ Hoy en día, los relojes MIL-SPEC 2 son extremadamente raros. Están hechos en un metal especial que reduce considerablemente el magnetismo. Tenían un acabado cepillado para evitar el brillo. Su movimiento contenía berilio. Estos relojes se atribuyeron a los buzos de la Navy, como equipo militar y no como reloj personal. Muy pocos se encontraron entre las manos de propietarios privados.
² El Frankford Arsenal cesó sus actividades para el gobierno en 1977. Hoy alberga oficinas.
Blancpain empezó entonces a recibir pedidos del MIL-SPEC 1 y del MIL-SPEC 2 por parte de la Navy. Sin embargo, esto no dispensaba a Allen V. Tornek y a Blancpain de someterse a las medidas impuestas por la Buy American Act y a la burocracia necesaria para adecuarse a ella. La cláusula relativa a los rubíes era particularmente curiosa. Se estipulaba que había que “comprar” rubíes americanos, pero afortunadamente no decía nada de “utilizarlos”. Como la calidad de los rubíes americanos era mediocre por aquel entonces, Allen V. Tornek los compró conforme a las exigencias, pero luego los tiró. Si consideramos la energía y los esfuerzos (y los rubíes desperdiciados) que Blancpain y Allen V. Tornek consagraron a esta parte de la historia del Fifty Fathoms, los rendimientos de la inversión fueron bastante desalentadores. Esto se debió en gran medida a las prácticas de la Navy en materia de pedidos. En lugar de encargar grandes cantidades de una vez, pedía periódicamente cantidades relativamente pequeñas, por lo cual la producción era más costosa y muy difícil de gestionar. Las cantidades solicitadas cada vez no solo eran irrisoriamente bajas, sino a menudo extrañas. Un pedido podía ser de 631 relojes.
¿Por qué no un número redondo? Porque la Navy quería 600 relojes más un 5% de reserva y uno más por si acaso.
El tercer garde-temps de la serie de ediciones limitadas Tribute to Fifty Fathoms, el MIL-SPEC, se inspira en esta rica historia. El legado MIL-SPEC se percibe inmediatamente gracias a la presencia sobre la esfera de una pastilla de hermeticidad bicolor a las 6 horas, como en los relojes originales. Además, el cambio de color indica hasta la más mínima presencia de humedad. En caso de infiltración, el color blanco de la mitad superior del disco se vuelve rojo para dar la señal de alarma. La esfera del Tribute recuerda los relojes de la Navy con sus índices bastón a las 3, 6 y 9 horas, así como sus puntos en relieve para los intervalos de cinco minutos. Naturalmente, presenta un gran punto de referencia a mediodía, pero no lleva la inscripción “U.S.” justo debajo del nombre de Blancpain, como los requisitos de la Navy imponían.
Crear un reloj “homenaje” no implica renunciar a las innovaciones modernas de Blancpain. Al contrario, el Tribute MIL-SPEC aprovecha los conocimientos
especializados adquiridos. El movimiento de carga automática está equipado con dos barriletes que garantizan 96 horas de reserva de marcha. El volante no lleva raqueta y está provisto de tornillos de regulación de oro. Una espiral de silicio ofrece una protección contra el magnetismo comparable a la de las cajas internas de hierro dulce de los modelos históricos. Como estas ya no son necesarias, el Tribute moderno se beneficia de un fondo de cristal de zafiro transparente que desvela los acabados refinados sobre los componentes del movimiento, con una masa oscilante de oro macizo revestida de NAC (aleación de platino) y dotada del logo Blancpain.
El bisel de zafiro abombado creado por Blancpain en 2003 para conmemorar el 50.° aniversario del Fifty Fathoms es otro atributo contemporáneo importante del Tribute MIL-SPEC. Este bisel redondeado tiene un encanto y un destello que solo el zafiro macizo puede aportar. La guinda del pastel es el zafiro, un material solo superado en dureza por el diamante y muy poco sensible a las rayaduras.
Durante las tres décadas en que Jean-Jacques Fiechter dirigió Blancpain, los Fifty Fathoms se produjeron en varios tamaños. Ahora se ha respetado la tradición: el Tribute MIL-SPEC de 40,30 milímetros de diámetro se inscribe en una colección Fifty Fathoms realizada en versiones que van de los 38 a los 58,65 milímetros. Los apasionados solo tendrán la duda de elegir el tamaño.
El Tribute to Fifty Fathoms MIL-SPEC se ha producido en una edición limitada de 500 unidades.