Capítulo 7
Un viaje artístico al sudeste de Asia.
El continente asiático ha inspirado a menudo a los artesanos de Blancpain que trabajan en los talleres de oficios artísticos, tanto en las técnicas practicadas como en los temas representados. La Manufactura nos invita ahora a descubrir, a través de su tema artístico más reciente, una nueva faceta de Asia, la de la naturaleza salvaje, en concreto la de una maravilla del reino animal: la pantera nebulosa (o leopardo longibando). Dada la dificultad de reproducir una figura compleja en las reducidas dimensiones de la esfera de un reloj, crear una pieza de oficios artísticos constituye realmente una proeza. Sin embargo, Blancpain ha logrado elevar el listón de los Métiers d’Art con sus dos interpretaciones de esta pantera nebulosa. Abordar un tema desde distintas perspectivas es algo habitual, pensará el lector; algunos artistas célebres lo han hecho, como Monet, que pintó muchos cuadros de su jardín de Giverny. Blancpain, por su parte, ha añadido una dimensión suplementaria a su obra. Sus dos interpretaciones del felino asiático no solo varían en cuanto a la pose, sino también en lo que respecta al soporte y a los materiales. Las dos piezas están confeccionadas a partir de distintas maestrías emblemáticas de los oficios artísticos de Blancpain: el arte de la porcelana combinado con la pintura en miniatura en esmalte y el shakudō asociado al grabado y al damasquinado. Esta diversidad enriquece las dos variaciones, unidas en torno a un tema común.
La pantera nebulosa, que habita en el sudeste asiático y en el Himalaya, debe su nombre a las grandes manchas irregulares y oscuras que adornan su pelaje y que le permiten camuflarse fácilmente en el corazón de los bosques tropicales. Apodado «tigre de los árboles» por los malayos por su excepcional agilidad, este felino arborícola es un símbolo importante en numerosas culturas asiáticas. Es además codiciado por el valor de su piel, que se considera un atributo de poder y de estatus social, y venerado por sus cualidades de animal psicopompo (guía espiritual de las almas). Aunque está protegido de la caza por la legislación de la mayoría de los países donde habita y ha sido catalogado como especie en peligro de extinción, sigue estando amenazado por la caza furtiva y la deforestación.
Para representar la importancia de este singular y sigiloso animal, Blancpain recurrió a su experiencia y a sus conocimientos especializados en oficios artesanales. Las técnicas artísticas practicadas por la marca son al mundo de la relojería lo que la pantera nebulosa es al mundo animal: únicas y poco frecuentes. Algunas, como la pintura en esmalte, solo la practican unas pocas manufacturas en todo el mundo. Otras, como el shakudō, fueron introducidas en relojería por Blancpain, que sigue siendo la única maison que la emplea. Para interpretar el tema de la pantera nebulosa se eligieron cinco oficios plenamente integrados en los talleres de oficios artísticos de Le Brassus: el arte de la porcelana, la pintura en esmalte, el shakudō, el grabado y el damasquinado. Las dos piezas únicas creadas gracias al talento de los artesanos de Blancpain ofrecen dos representaciones de la pantera nebulosa en su hábitat forestal.
La pantera nebulosa en esmalte pintado sobre porcelana se aloja en una caja de oro blanco de 33 mm con bisel engastado de diamantes. El movimiento que la acompaña es el calibre automático de manufactura 1154, cuyos meticulosos acabados se desvelan en el reverso del reloj. El modelo en shakudō grabado y damasquinado se propone en una caja de oro rojo de 45 mm. Este gran diámetro, tradicionalmente empleado en las piezas de gran decoración, permite que el movimiento de cuerda manual 15B, decorado con côtes de Genève, se pueda admirar tras el fondo de cristal de zafiro.
La pantera nebulosa vista a través del arte de la porcelana combinado con la pintura en miniatura sobre esmalte
La pintura en miniatura sobre esmalte es uno de los muchos métodos de esmaltado practicados por los artesanos de Blancpain. El soporte empleado habitualmente en relojería para este tipo de trabajo es una esfera de esmalte. Blancpain, sin embargo, ha optado por la porcelana. La maison adoptó este savoir-faire artesanal de origen chino en 2019, tras más de un año de desarrollo y pruebas. Así, todas sus esferas de porcelana se diseñan y se fabrican bajo su techo. El uso de esta cerámica se incorpora como un enfoque original de la pintura en miniatura. En comparación con el esmalte, la porcelana es sumamente fina y tiene un aspecto translúcido. Además, presenta la ventaja de poder albergar pinturas que soportan cocciones a más de 1000 ºC. Alcanzar esas temperaturas permite que el color penetre en el material y que las piezas adquieran un aspecto especialmente suave y brillante. Las pinturas empleadas en el esmalte, limitadas a cocciones a 800 ºC, tienden a permanecer en la superficie, creando relieves sobre la esfera. A pesar de que estas pinturas ofrecen colores más vivos que las pinturas que se pueden hornear a 1000 ºC, estas tienen la ventaja de exhibir una mayor profundidad.
El proceso de creación de una pintura en esmalte sobre una esfera es particularmente complejo. Todo empieza con la preparación de la superficie que se va a pintar. Las esferas de porcelana de Blancpain se realizan siguiendo varias etapas, puntuadas por largas fases de secado y de cocción. La porcelana, presentada en forma de polvo compuesto principalmente de cuarzo, feldespato y caolinita, se mezcla primero con agua. La pasta resultante se tamiza y se filtra para extraer los residuos y las impurezas. Luego se vierte en moldes que adoptan la forma de las esferas. Una vez extraídas de los moldes, las piezas se secan durante 24 horas antes de someterse a una cocción de 24 horas a 1000 ºC. Este primer horneado endurece las esferas y las prepara para el esmaltado. Aplicado a mano sobre cada pieza, el esmalte necesita un segundo horneado de 24 horas a una temperatura de 1300 ºC. Esta cocción, que permite vitrificar la porcelana, la prepara para recibir el color.
Antes de que un pincel llegue a tocar la superficie de la esfera, se preparan numerosos bocetos de la escena imaginada para evaluar su realización. Los artesanos de Blancpain buscan el equilibrio perfecto, no solo en el tema principal, sino también en la manera de combinarlo con otros elementos de la esfera. El diseño se dibuja primero meticulosamente a lápiz, un proceso que puede llevar mucho tiempo, y luego se pinta con gouache, de modo que parece una esfera de porcelana pintada sobre papel. A lo largo de estas etapas preliminares es imprescindible tener en cuenta que la escala de la hoja de papel es mucho más grande que la de la esfera. Esta comprensión permite a los artistas asegurarse de que los contrastes y el nivel del detalle sean legibles en la pieza. Una vez determinada la configuración y seleccionados los colores, llega el momento de pasar a la fabricación. Reducidos a polvo mediante un mortero de ágata, los esmaltes se mezclan con aceite de pino con mucho esfuerzo. Los esmaltadores elaboran su propia paleta mezclando los colores para obtener los matices que necesitan. Algunos colores se basan en recetas específicas desarrolladas por Blancpain. Cuando los colores están listos, se puede empezar. Los troncos y las hojas se pintan pacientemente a mano hasta en los más mínimos detalles. Lo mismo ocurre con el majestuoso felino. Si bien los artistas trabajan con un binocular, también deben mirar con regularidad su pieza a simple vista y a la luz del día para evaluar el resultado. Dado el reducido tamaño de la esfera de un reloj, se necesitan pinceles de extremada finura. Los utilizados por los artesanos de Blancpain son de pelo de marta. Como algunos detalles son minúsculos, a veces prefieren utilizar una aguja.
Una vez terminada la pintura, esta debe someterse a cocción en un horno calentado a una temperatura de 1200 ºC. Esta última etapa, que confiere a la obra su brillo y su inalterabilidad, es un verdadero desafío para los esmaltadores. En primer lugar, porque los colores son susceptibles de alterarse durante el proceso de horneado; por lo tanto, hay que probar previamente todos los tonos para asegurarse de que la esfera acabada se corresponde con el proyecto definido. En segundo lugar, porque una vez cocida la pieza pueden darse situaciones desafortunadas, como la formación de burbujas o la aparición de defectos. En estos casos, los esmaltadores se ven obligados a empezar de nuevo su trabajo. La tarea es laboriosa e incierta, pero el esfuerzo merece la pena. Cada esfera es única y cada propietario de un reloj Blancpain de porcelana pintada puede estar seguro de que posee una obra que nunca verá en ninguna otra muñeca.
La pantera nebulosa a través del arte del shakudō combinado con el grabado y el damasquinado
El shakudō es un arte ancestral japonés apreciado por los grandes orfebres, que lo utilizaban sobre todo para embellecer las guardas (tsuba en japonés) de las espadas de los samuráis. El proceso consiste en modificar el tono natural amarillo-anaranjado de una aleación de oro y cobre para obtener un color gris-azulado oscuro caracterizado por sutiles matices. Los artesanos de Blancpain lo utilizan para crear esferas de reloj únicas, como la de la pantera nebulosa. Igual que hizo con la porcelana, la maison adoptó el shakudō por el interés que suscita esta técnica secular y por sus hermosas posibilidades estéticas.
En su forma más sencilla, la aleación utilizada por Blancpain para confeccionar una esfera se sumerge en un baño compuesto por acetato de cobre (cardenillo), denominado rokushō, hasta obtener el color deseado. Esta antigua práctica se basa en una gran cantidad de pruebas y errores, ya que es imposible determinar de antemano el matiz que se conseguirá después de cada baño. A menudo, el disco se debe retirar de la solución para enjuagarlo y examinarlo meticulosamente antes de volverlo a sumergir. Cuando los artistas logran exactamente el color deseado finaliza el proceso del shakudō. Blancpain asocia este arte a procesos ornamentales complementarios como el grabado y el damasquinado. Por lo general, el trabajo de los grabadores se efectúa sobre una base metálica de un solo color; de oro amarillo, por ejemplo. Los contrastes se obtienen al retirar la materia mediante técnicas como el pulido, el glaseado, el arenado o el cincelado.
Al combinar el shakudō con apliques de oro rosa, amarillo o blanco, los artesanos de Blancpain dan realmente color a sus piezas. Gracias a las pátinas de las distintas fases del proceso, sus composiciones se enriquecen con sombras y reflejos que les dan intensidad y añaden textura y complejidad.
Al igual que todos los relojes de oficios artísticos creados por Blancpain, los que poseen una esfera shakudō son piezas únicas. Esta singularidad no se limita a simples variaciones de colores o de grabado, sino que cada motivo da lugar a un reloj exclusivo. La esfera de la pantera nebulosa es un excelente ejemplo. El trabajo de una pieza de este tipo comienza con el trazado de un boceto sobre papel en el que se incluyen los motivos ornamentales destinados a aparecer en el fondo. La imagen de la pantera, así como otros elementos del primer plano, es un aplique de oro grabado a mano con herramientas de precisión extrema. Los apliques también se someten a distintos baños químicos para obtener los efectos de color deseados, como las manchas en forma de nube del pelaje del felino, que son sorprendentemente realistas.
Los apliques se sujetan a la superficie con unas minúsculas tijas que se insertan en unos agujeros previamente perforados en la esfera. En el reverso, las tijas se martillan para garantizar una sólida fijación de las piezas aplicadas. Según la costumbre histórica, muchos objetos en shakudō también presentan decoraciones realizadas con la técnica del damasquinado. Este antiguo arte consiste en grabar patrones en una superficie para formar una cavidad, que se rellena con incrustaciones de alambres de metal blando martillado. El damasquinado permite a los grabadores diseminar acentos de color —amarillo gracias al hilo de oro y gris con el hilo de plata— y resaltar algunos pequeños detalles sobre las piezas aplicadas. Esta técnica también se emplea para realizar frisos sobre los discos de shakudō. En función del tamaño de los hilos que se insertan en las cavidades grabadas, se pueden obtener trazos de colores sobre el fondo patinado, que a veces están a ras de la base y a veces se elevan para crear relieves suplementarios. Como dicta la tradición, no se utiliza cola; el martillado basta para mantener en su lugar la ornamentación de metal precioso en la superficie hendida, que luego se somete a un delicado pulido. Así se trabajaron los bigotes de la pantera. Blancpain utilizó hilo de oro de un grosor de 0,2 mm, que tuvo que reducir a la mitad para que correspondiera con el ancho de los bigotes grabados. Seguidamente, los hilos se colocaron uno a uno con pinzas en las cavidades y se aplanaron delicadamente con un cincel y un pequeño martillo para que se ajustaran perfectamente a la forma interior de los surcos y no pudieran salirse. Para añadir complejidad, los bigotes tuvieron que colocarse a horcajadas sobre dos apliques distintos, los que representan respectivamente a la pantera y a la rama sobre la que está recostada. Se necesitó un talento de equilibrista para realizar este ejercicio peligroso. De hecho, había que procurar que los hilos no se aplastaran para conservar un buen volumen y de esta forma darle una dimensión suplementaria a la composición. En total, la aplicación de los 16 bigotes de la pantera nebulosa requirió un día entero de trabajo.
Las creaciones de Blancpain que combinan el shakudō, el grabado y el damasquinado ponen de manifiesto el talento excepcional de sus artistas y su singularidad en el mundo relojero. De hecho, Blancpain es la única manufactura que ofrece esta combinación de artesanía.