LA ETERNIDAD EN CADA BLANCPAIN

Tal vez sea normal que una casa relojera reflexione sobre la naturaleza del tiempo. ¿No es algo muy personal? ¿No se materializa en hechos inolvidables, incluso en breves instantes que nos regala la vida y que pasan a formar parte de lo que somos? Un Blancpain es el compañero ideal para su viaje por la vida y por el tiempo.

En 1735, en el pequeño pueblo de Villeret, ubicado en un rincón remoto de las montañas suizas del Jura, el maestro de escuela y agricultor Jehan-Jacques Blancpain se dedicó, durante los meses de invierno, cuando las nieves hacían imposible trabajar en los campos, a dar cuenta del tiempo mientras se embarcaba en la carrera de relojero. Este nuevo empeño consolidó la primacía de Blancpain como la marca de relojes más antigua del mundo y marcó el comienzo de su historia, entretejida a través de siete generaciones de la familia Blancpain, dos generaciones de la familia Fiechter, tres generaciones de la familia Piguet y más de dos décadas de liderazgo de Marc A. Hayek.

Este recorrido de casi tres siglos ha sido testigo de la expansión de los límites del arte relojero por parte de Blancpain: avances excepcionales de todas las grandes complicaciones de la relojería, creación de complicaciones nunca vistas en relojes de pulsera, desarrollo del primer reloj de buceo del mundo, revitalización de los oficios artísticos y artesanales y mucho más. Sin dejar de innovar, Blancpain ha mantenido viva la mejor tradición del acabado manual.

De cara al futuro, Blancpain se ha comprometido con su responsabilidad como guardián del planeta. A través de su Ocean Commitment (compromiso con los océanos), Blancpain apoya una amplia gama de actividades de conservación de los océanos que han supuesto un antes y un después en la protección de este recurso medioambiental vital.