Ladybird Colors

Los relojes femeninos han sido un pilar de Blancpain durante casi un siglo. La maison bautizó sus relojes de mujer originales con el nombre de Ladybird. En esa época, la directora ejecutiva de Blancpain era una mujer llamada Betty Fiechter, la primera mujer en dirigir una importante casa relojera suiza. El Ladybird que creó se volvió legendario por ser un reloj de mujer diseñado por una mujer. Entre sus muchos éxitos, y respondiendo a la demanda de relojes de mujer pequeños, entonces de moda, el Ladybird estableció un récord mundial al incorporar el movimiento redondo más pequeño jamás producido. El reloj más preciado de Marilyn Monroe era un elegante Blancpain con incrustaciones de diamantes. Tal era el savoir-faire de la Manufactura en la producción de pequeños movimientos para relojes de mujer que muchas marcas de relojes de toda Suiza confiaron en los movimientos de Blancpain para sus modelos. Los gustos refinados de la mujer moderna han inspirado los diseños de la actual colección Ladybird. Blancpain sabe que los movimientos mecánicos excepcionales y finamente acabados, incluidos aquellos con complicaciones, característicos de sus Ladybird son apreciados por las mujeres exigentes. También lo son aquellos con adornos artísticos, como el engaste de piedras preciosas, las esferas de nácar y las coloridas correas fáciles de cambiar.

Las dificultades para las empresas suizas, entre ellas Blancpain, continuaron con la llegada de la Gran Depresión, a la que siguió la Segunda Guerra Mundial. Durante este período, desde la depresión hasta el final de la guerra, se produjeron numerosas quiebras empresariales en toda Suiza, especialmente en la industria relojera. Los datos atestiguan de manera cruda las dificultades a las que se enfrentó el sector relojero suizo. En Villeret, el pueblo natal de Blancpain, había 200 empresas relojeras. Con el tiempo fueron cerrando y solo quedaron tres, siendo Blancpain la más grande de ellas. Betty, no obstante, perseveró, guiando a Blancpain frente a todas estas adversidades, que resultaron fatales para otros líderes empresariales menos valientes y con menos talento. Hubo dos estrategias clave que apuntalaron la supervivencia de Blancpain. La primera fue el desarrollo de relojes femeninos. Por supuesto, como saben los aficionados de Blancpain, la segunda fue la creación del Fifty Fathoms. Del primero de esos pilares nació el Ladybird.

En muchos sentidos, su éxito con la creación del Ladybird hizo de este reloj un símbolo no solo de destreza y savoir-faire relojeros, sino también de fortaleza, confianza y carácter femeninos. El legado de Betty Fiechter es lo que inspira hoy a Blancpain para concebir su colección de relojes para mujer y lo que está detrás de la agrupación de todos ellos bajo el nombre de Ladybird. De esta forma, el espíritu de los Ladybird vintage y del Blancpain de Marilyn Monroe sigue vivo en los modelos más recientes, reinterpretados para reflejar los gustos modernos.

La creación del nuevo Ladybird, bautizado como Ladybird Colors, duró cuatro años completos. Al principio, el objetivo era claro. Muchos de los relojes de las colecciones existentes pueden ser utilizados tanto por hombres como por mujeres. Mencionemos como ejemplo los Bathyscaphe y los Air Command que se ofrecen en diámetros más pequeños. Al igual que el Ladybird original, un reloj diseñado por una mujer para otras mujeres, el nuevo modelo debía ser decididamente femenino. ¡Claramente un reloj de mujer! Los diseñadores estudiaron todos los detalles. La primera decisión se refirió al tamaño. La moda de los años 50, que valoraba los relojes del diámetro más pequeño posible, ya ha sido sustituida por tamaños más grandes y versátiles. Ahora bien, ¿cuál debe ser ese tamaño más grande? Muchos factores entran en juego. La forma de las asas desempeña un papel importante en la adaptación del reloj a la muñeca. Expresado en lenguaje coloquial: el reloj «se lleva grande» o «se lleva pequeño». Al curvar sutilmente las asas hacia abajo, Blancpain se ha asegurado de que la nueva caja se adapte bien a todas las muñecas femeninas, sea cual sea su tamaño. Luego vino el equilibrio entre tres factores: el diámetro actual, el tamaño de la esfera con respecto al diámetro y el grosor de la caja. Armonizando todo ello con pruebas impresas en 3D de diferentes dimensiones, se llegó a un diámetro de 34,9 mm y una esfera de 28 mm.

La esfera llevó años de pruebas. Para el diseño fue decisiva la disposición descentrada de los elementos clave: los números romanos y los dos círculos de diamantes. El diseño descentrado es visualmente interesante y muy atractivo. Los elementos más grandes de la esfera están en la parte superior y se van reduciendo hacia la parte inferior. Los dos círculos de diamantes tienen la misma geometría, el más pequeño forma una subesfera a las 6 horas y está conectado con el círculo más grande. Todos los detalles son refinados. Los diamantes hacen las veces de índices graduados. En la parte superior de la esfera se han dispuesto las piedras preciosas más grandes que progresivamente se van vol- viendo más pequeñas hasta la parte inferior. Un objetivo estaba claro: el círculo más pequeño que sirve de esfera subsidiaria debía dar lugar a dos versiones del Ladybird Colours, una con un segundero pequeño clásico y otra con una combinación de fases lunares y segundero pequeño.

Detrás de la belleza visual de la esfera se esconden el savoir-faire y la artesanía que han contribuido a su creación. Todo comienza con una excepcional variedad de nácar que sirve de escenario a los índices y círculos engastados con diamantes. La intrigante luminiscencia blanco pálido de la esfera y sus sutiles ondulaciones solo se encuentran en una selección de conchas excepcionalmente únicas. De hecho, el resplandeciente color blanco solo puede obtenerse en conchas de la máxima calidad denominadas extra white. La refinada textura va más allá de esta categoría, ya de por sí elevada, hasta el nivel aún más exclusivo de las bulles de savon, como se las conoce en interno. Estas «burbujas de jabón», que se encuentran en un porcentaje minúsculo de conchas extrablancas, e incluso solo en una pequeña parte de la concha, aportan una mayor profundidad visual a la esfera gracias a sus sutiles formas onduladas. La rareza de esta combinación de extrablanco y burbujas se hace evidente cuando uno se da cuenta de que se necesita un contenedor entero lleno de conchas cultivadas para encontrar un número muy reducido de secciones que puedan utilizarse para las esferas de Blancpain. No hay desperdicio, ya que el resto de las conchas criadas en granjas se destinan a un uso menos selectivo.

Cuando se cortan de la concha de nácar, los discos resultantes son increíblemente finos. Tanto que son semitransparentes. Para poder utilizarlos en la esfera, se pintan primero con un barniz blanco en el reverso para que el anverso tenga un brillo blanco y se pegan a un disco de alpaca. Seguidamente se pegan en el reverso los pequeños pies que sirven para fijar la esfera al movimiento, se taladran los agujeros para las agujas, se fresa la guía para los círculos de diamantes de la esfera (de los que hablaremos más adelante) y, en los modelos con fases lunares, se fresa la abertura para la indicación de esta complicación.

La siguiente secuencia es la impresión de los índices. En una esfera estándar, la transferencia se realiza una sola vez. Para dar más profundidad a la esfera del Ladybird Colors, los índices se transfieren en este caso cinco veces. El proceso exige una habilidad extraordinaria, ya que el artesano esferista tiene que decidir el tiempo que debe transcurrir entre una aplicación de la tinta y la siguiente. Es imprescindible que la tinta de la aplicación anterior esté lo suficientemente seca para que se pueda añadir otra capa. El artesano debe tener en cuenta la temperatura ambiente y la humedad. Las cosas se complican aún más con la versión Colors, ya que el proceso para cada color tiene lugar por separado.

La creación de los círculos interiores engastados con diamantes es, en sí misma, una forma de arte. Comienza con el fresado de los círculos a partir de una pieza cuadrada de oro. Para los modelos Ladybird Colors de oro rojo, el círculo se forma en oro rosa 4N (ligeramente menos rojo que la caja, que se fabrica en 5N); para los modelos de oro blanco, los círculos son del mismo tono de oro que la caja. El proceso consta de cinco etapas que van desde la fabricación de la pieza de oro al corte de los círculos y a la formación de los emplazamientos para las siguientes fases de engaste de los diamantes. El engaste de las piedras, realizado totalmente a mano, es complejo, ya que el ancho de los círculos es mayor en la posición de las 12 h y va disminuyendo hacia las 6 h. Se necesitan once tamaños diferentes de diamantes para ajustarse a la forma cónica. Para cada posición de la gema, el engastador selecciona la piedra del tamaño adecuado, una por una, con una herramienta conocida como poussoir que sujeta la piedra con una gotita de aceite.

A continuación, el engastador no solo debe colocar el diamante en su posición, sino orientar las facetas para que sigan la curva del círculo. Una vez colocado correctamente, se presionan a mano cuatro pequeños «granos» de oro contra la piedra para fijarla en su sitio. El pulido a mano y, después, la limpieza son los últimos pasos en la elaboración de los círculos, que quedan listos para ser insertados en la esfera de nácar.

La frescura de los colores se convirtió en un elemento clave del diseño. En todos los nuevos Ladybird Colors, salvo en uno, el color de los números romanos hace juego con el color de la correa, que se presenta en una hermosa gama de cinco colores distintos: azul noche, verde pavo real, verde bosque, lila y turquesa. La única excepción es el modelo Colors, cuyos números romanos se presentan formando un delicado arcoíris. Esto permite elegir entre las cinco correas de distintos colores que se entregan con el reloj. Para facilitar el cambio, en función de los deseos de su propietaria, cada correa está equipada con una barrita que incluye un disco marcado con el símbolo JB oculto en la parte interior. Al deslizar el disco hacia la derecha, la correa se desprende y se puede cambiar rápidamente por otra de un color diferente. El mismo sistema se aplica a la hebilla de oro con incrustaciones de diamantes que también se puede cambiar de una correa a la otra. Con el sistema de cambio de correa/hebilla, que facilita el intercambio entre las cinco correas, estas pueden combinarse con los índices de color según el tipo de ocasión.

El nuevo Ladybird Colors está equipado con el calibre de manufactura 1150 de Blancpain. Este se distingue de otros movimientos de relojes femeninos por sus dos barriletes (la gran mayoría posee solo uno), que permiten que el reloj alcance una reserva de marcha de 100 horas. De este modo, la propietaria puede guardar su Blancpain en un cajón durante más de un fin de semana y encontrarlo en funcionamiento y listo para su uso sin necesidad de volver a ponerlo en hora. La masa oscilante para la carga automática, fabricada en oro de 22 quilates, está finamente decorada y esculpida, con una forma arqueada que refleja el espíritu de la esfera. El movimiento, acabado con decoraciones de alta gama, y su rotor en contraste se pueden admirar a través del fondo de cristal de zafiro.

Los nuevos Ladybird Colors de hoy hacen revivir el legado de Betty Fiechter de una forma moderna y fresca.