Capítulo 2
La construcción de un calendario perpetuo es una auténtica proeza micromecánica.
La construcción de un calendario perpetuo es una auténtica proeza micromecánica. El reto relojero consiste en concebir un método mecánico que permita tener en cuenta las variaciones en la duración de los meses a lo largo de cada ciclo de cuatro años. La clave de este desafío es lo que se conoce como «rueda de programación». En el caso del calibre 5954.4 de Blancpain, hay, de hecho, dos levas de programación montadas de manera coaxial. La primera gira una vez al año y lleva el cómputo de cada uno de los meses de 30 y 31 días y del mes de febrero de 28 días. La segunda gira una vez cada ocho años y programa los dos años bisiestos (los dos 29 de febrero) que se producirán durante ese periodo de tiempo.
Antes de pasar a las levas de programación y a cómo estas tienen en cuenta las diferentes duraciones de los meses y cambian la indicación del mes, empecemos por examinar el mecanismo destinado al cambio de fecha diario, que se realiza mediante una rueda que gira una vez cada 24 horas (A). Esta rueda de 24 horas arrastra una leva (B) que a su vez se engrana con la gran báscula (C) dotada de dos «dedos». En los meses de 31 días, el primer dedo (C1) hace avanzar la rueda de la fecha de 31 dientes (E) un diente cada día a última hora de la noche.
¿Qué ocurre en un mes de 30 días? Es aquí donde entran en juego la leva de los meses (D) y el segundo dedo (C2). Sobre la gran báscula (C) hay una clavija muescada (F). Para indicar un mes de 31 días, la clavija se mueve hasta una posición en la que el segundo dedo (C2) queda fuera de contacto con la rueda de la fecha de 31 dientes (E). Sin embargo, en un mes de 30 días, una muesca situada en la leva de los meses (D) permite que el segundo dedo (C2) entre en contacto con una leva (G) situada bajo la rueda de la fecha de 31 dientes (E), para hacerla avanzar del 30 al 1 del mes siguiente. En los meses clásicos de febrero, de 28 días, la muesca es aún más profunda. Esto permite que el segundo dedo (C2) entre en contacto con la leva (G) desde el 28 para hacer avanzar la rueda de la fecha hasta el día 1.
Todo esto nos lleva a los dos años bisiestos asociados con la leva de ocho años (H). Esta presenta dos protuberancias —una para cada uno de los dos años bisiestos— que permiten cambiar la posición del primer dedo para tener en cuenta el día suplementario del año bisiesto.
Por supuesto, el calendario perpetuo se basa en otro elemento central: el cambio de la indicación del mes, que se lleva a cabo con el cambio de fecha al día 1. Sobre la rueda de 31 dientes de la fecha hay una leva (I) equipada con un dedo que permite, cuando la fecha avanza al 1, engranar la rueda de los meses (J) de 12 dientes (algo que, claro está, usted seguramente ya había adivinado).
A pesar de la complejidad del mecanismo (íntegramente desarrollado y producido por Blancpain), las distintas informaciones están distribuidas de manera clara sobre la esfera, lo que ofrece una óptima legibilidad y un equilibrio visual armonioso.
INDICACIÓN DEL MES Y EL AÑO, TAMBIÉN CON VISUALIZACIÓN DEL AÑO BISIESTO
Resulta práctico que tanto el mes como el año bisiesto se muestren en la misma esfera subsidiaria.
INDICACIÓN DE LAS FASES DE LA LUNA
Además de ser el rostro de Blancpain, esta complicación fue el símbolo del renacimiento de la relojería mecánica durante la crisis del cuarzo.
INDICACIÓN DE LA FECHA, QUE CAMBIA DE MANERA AUTOMÁTICA
La verdadera esencia de un calendario perpetuo reside en la visualización de la fecha.
UNO DE LOS CUATRO CORRECTORES BAJO ASAS
Todas las indicaciones del calen dario pueden ajustarse con el dedo presionando simplemente los correctores bajo asas patentados.