Capítulo 3
Un nuevo reloj cobra vida.
Para un relojero, las últimas fases del ensamblado de un reloj son especialmente gratificantes. Después de muchas horas de trabajo de precisión dedicado al montaje del movimiento, el reloj empieza a adquirir su forma final: una auténtica recompensa por el arduo trabajo previo realizado. Estos últimos pasos consisten en la instalación del movimiento en la caja; el montaje del mecanismo de cuerda; la colocación del fondo de la caja y su junta; la fijación de la esfera, las agujas, la corona y el bisel; y, por último, la incorporación del brazalete. Así cobra vida el nuevo Blancpain Villeret Quantième Perpétuel.