¿Cómo se reconoce un VERDADERO RELOJ DE BUCEO?

En 1953, cuando la Marina francesa empezó a buscar un reloj de buceo para el recién creado Cuerpo de Nadadores de Combate, descubrió que la industria relojera tenía escasos conocimientos sobre las necesidades de los buzos. De hecho, las primeras pruebas que realizó con los relojes disponibles en el mercado dieron resultados desastrosos: no eran sumergibles, eran demasiado pequeños y sus esferas eran difíciles de leer bajo el agua. La Armada se puso entonces en contacto con Blancpain, cuyo director en aquel momento, Jean-Jacques Fiechter, era un entusiasta submarinista y ya había diseñado el primer Fifty Fathoms basándose en sus propias experiencias bajo el agua. Los relojes que Blancpain entregó superaron todas las pruebas. El Fifty Fathoms se convirtió así en el reloj de buceo de la Marina francesa.

¿Por qué los nadadores de combate eligieron el Fifty Fathoms? Simplemente porque la concepción de este garde-temps refleja un profundo conocimiento de lo que debe ser un verdadero reloj de buceo.

Blancpain sabía, por supuesto, que el primer atributo esencial debía ser un nivel excepcional de hermeticidad. La Manufactura contaba con dos inventos que respondían a esta necesidad. El primero consistía en un sistema patentado de hermeticidad de la corona que permitía mantener la resistencia al agua si se tiraba involuntariamente de la misma durante la inmersión.

El segundo mejoraba la tecnología existente para el fondo atornillado. Los sistemas anteriores presentaban un problema: la junta tórica utilizada para sellar el fondo podía torcerse y desajustarse al atornillarla. Para eliminar este riesgo, Blancpain inventó un sistema en el que la junta tórica se insertaba en una ranura con un disco metálico adicional para protegerla. A esta innovación también se le concedió una patente. 

Si bien la hermeticidad es vital, Blancpain sabía que debía responder también a otras necesidades del mundo submarino para crear un verdadero reloj de buceo. Una de las más importantes en esta disciplina es la medición del tiempo transcurrido bajo el agua. No olvidemos que en los años 50 los cronógrafos no podían ser una solución, ya que no se había inventado ningún sistema de juntas eficaz para los pulsadores. Para resolver este problema, Blancpain imaginó un sistema ingenioso que utiliza un bisel giratorio. Al inicio de la inmersión, el buzo debe girar el bisel para colocar el índice del cero frente a la aguja de los minutos. Cuando se encuentre bajo el agua, podrá leer directamente el tiempo transcurrido gracias a la aguja de los minutos que puntuará los índices del bisel. Para eliminar el riesgo de rotación accidental del bisel, Blancpain integró una segunda funcionalidad de seguridad crucial. La Manufactura desarrolló un mecanismo de bloqueo patentado para impedir que eso sucediera. La legibilidad representa un factor vital en las inmersiones en aguas turbias, por lo que se dotó al primer Fifty Fathoms de un gran diámetro, un contraste blanco sobre negro y agujas e índices luminiscentes. La carga automática del movimiento es otro aspecto clave de su diseño, ya que reduce el desgaste de la corona y sus juntas causado por la cuerda manual. Por último, dado que los imanes forman parte del entorno del buceo, como bien sabía Fiechter, el Fifty Fathoms se equipó con una caja interna de hierro dulce con el fin de proteger el movimiento contra los campos magnéticos residuales.

Gracias a la audaz combinación de todos estos elementos, el Fifty Fathoms se convirtió a partir de 1953 en el estándar de la Marina francesa y de otras fuerzas navales del mundo (incluidas las Armadas alemana y estadounidense), así como en el referente para los relojes de buceo de toda la industria relojera.