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Capítulo 12

Vin de TAHITI

Una aventura audaz: llevar la vinificación a la Polinesia francesa.

Autores del capítulo

JEFFREY S. KINGSTON

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JEFFREY S. KINGSTON
Vin de TAHITI
Vin de TAHITI
Número 22 Capítulo 12

Se realizaron MÁS DE 100 PRUEBAS antes de encontrar una ubicación en Rangiroa y elegir las variedades de uva.

Si alberga usted la fantasía de convertirse en empresario, se enfrentará a dos caminos fundamentalmente opuestos: por un lado, el probado y seguro; por otro, su polo opuesto, la aventura extravagante y loca. Esta dicotomía puede aplicarse tanto a la producción de vinos como a Silicon Valley. Por ejemplo, si su sueño es fundar una bodega en la Borgoña, se encontrará con que varios cientos de años de historia vitivinícola han definido ya con precisión milimétrica las virtudes de cada parcela y determinado la elección de la mejor uva en cada caso. Es decir, un camino probado y seguro. En cambio, si su imaginación le lleva a la Polinesia francesa, definitivamente estará solo. Algunos le calificarán de pionero algo trastornado que vaga sin brújula por un territorio completamente desconocido. Y es que nunca este vasto archipiélago, con sus atolones dispersos sobre un área del océano que se aproxima en tamaño a la totalidad de Europa occidental, ha sido testigo de la elaboración de vino. De hecho, si busca un terreno adecuado no encontrará nada que se parezca, ni remotamente, a un viñedo como los que existen en muchas partes del mundo. El «dónde» desconocido, la uva igualmente ignota... Este es el camino poco alentador que emprendió Dominique Auroy, un ingeniero y empresario francés, cuando trajo una selección de vides de Italia y Francia a la Polinesia.

Auroy no era ajeno a las grandes obras, ya que había construido presas e incluso una red eléctrica. Eso no impidió que el nacimiento de su proyecto vitivinícola estuviera repleto de incógnitas y obstáculos. Empezó en 1992 realizando más de 100 (!) pruebas diferentes con infinidad de variedades plantadas en un número igualmente grande y diverso de ubicaciones potenciales dispersas entre los atolones polinesios.

No aptas para pusilánimes, estas plantaciones experimentales no mostraron resultados inmediatos; salvo, por supuesto, aquellas que fracasaron a las primeras de cambio. Había una opción aparentemente obvia: plantar en las laderas de las montañas de Tahití. La fórmula de plantar en las laderas ha cuajado en lugares como el Ródano (Côte-Rôtie), Italia (Terre Nere, en el monte Etna) o Napa (Howell Mountain). Pero en Tahití no funcionó, ya que la combinación de pendiente y ubicación ecuatorial ofrecía calor, pero pocas horas de sol para que las uvas prosperaran. Solo tras varios años de dedicación al proyecto, la paciencia de Auroy fue recompensada con un sitio propicio, ubicado concretamente en una de las islas del noroeste del atolón de Rangiroa. Incluso entonces, la plantación inicial de 1997 fue modesta, apenas tres hectáreas.

Aproximación al viñedo desde el paso Avatoru.

Aproximación al viñedo desde el paso Avatoru.

Vista aérea del viñedo.

Vista aérea del viñedo.

Vin de TAHITI

La variedad principal seleccionada fue la cariñena roja. En muchos aspectos, esta era una elección anómala, ya que el objetivo inicial era producir vino blanco. Y no es porque la cariñena roja sea una variedad rara. De hecho, durante muchos años fue la uva para vino más común en Francia, también ampliamente presente en Italia y España. Es apreciada por su vigor, su tolerancia al calor y, sobre todo, su gran rendimiento (hasta cuatro veces más que la cabernet sauvignon, la variedad principal del Médoc en Burdeos). A pesar de su adopción generalizada, en ninguna parte del mundo se había utilizado para hacer vino blanco. Los enólogos seguramente se apresurarán a apuntar: si el plan era hacer vino blanco, ¿por qué no usar la cariñena blanca? Pero las pruebas con la versión blanca mostraron que las hojas eran demasiado frágiles y la planta no era lo suficientemente vigorosa para crecer en el clima local. En casi toda Francia, la cepa empleada es la americana. Esto se debe a los estragos de la filoxera, frente a la cual la cepa francesa se reveló vulnerable, mientras que la americana resultó resistente. Ahora bien, como la plaga de la filoxera no está presente en ninguna parte de la Polinesia, las plantaciones de Auroy utilizaron la cepa original.

Vin de TAHITI
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La variedad principal es la cariñena roja.

La variedad principal es la cariñena roja.

Vin de TAHITI

La selección del lugar y de la variedad principal fue solo el comienzo de las tribulaciones para llevar la vinificación a la Polinesia francesa. En los primeros días, como la lluvia es escasa en la zona durante varias semanas al año, el riego se hizo a mano con baldes. Cuando llegó el momento de la cosecha apareció otro desafío que casi seguro no tiene parangón en el mundo, pues el acceso al viñedo tan solo es posible en barca. La vendimia, realizada a mano, debe colocarse en un recipiente, a modo de gran bañera, que contiene, para los estándares enológicos, una cantidad pequeña de racimos. Luego, el contenedor se lleva a pie hasta un pequeño muelle, se carga en un bote capaz de acomodar solo un contenedor a la vez y se transporta a la cuverie, ubicada en un segmento diferente del atolón de Rangiroa. Estos dos segmentos están separados por un canal profundo que conecta el océano con lo que también parece ser un océano abierto, pero que de hecho técnicamente es una laguna, ya que está protegida por un atolón de coral muy estrecho ubicado a más de 30 km de distancia en dirección sur. Este proceso de transporte en barca, intensivo en mano de obra, se repite contenedor a contenedor.

Por muy bien capacitado que esté un enólogo para afrontar los peligros de la viña, no hay ningún capítulo en el plan de estudios habitual que ofrezca enseñanzas para la vinificación en Rangiroa. Tomemos, por ejemplo, los cangrejos. Viajando libremente a través de la capa freática que se encuentra debajo del viñedo, los cangrejos cavan túneles hacia arriba para atacar las vides. Luego están los jabalíes que habitan el atolón. Más dramáticas aún son las tormentas. Aunque el viñedo se encuentra en el interior del atolón, rodeado de muros de cocoteros, apenas un corto paseo lo separa del mar a ambos lados. Afortunadamente no sucede a menudo, pero en ocasiones los fuertes vientos generan olas de hasta siete metros de altura que rocían con agua salada el viñedo.

El suelo de coral aporta una mineralidad distintiva a los vinos.

El suelo de coral aporta una mineralidad distintiva a los vinos.

El camino de entrada a la finca de Rangiroa contrasta con las grandes explanadas que se encuentran en Burdeos.

El camino de entrada a la finca de Rangiroa contrasta con las grandes explanadas que se encuentran en Burdeos.

Indicios de un ataque de cangrejo en el viñedo.

Indicios de un ataque de cangrejo en el viñedo.

Dentro de este conjunto de azarosas circunstancias surgió un aspecto positivo. Gracias a su ubicación ecuatorial, Rangiroa no experimenta un verdadero invierno. Como resultado, a diferencia de la gran mayoría de regiones vitivinícolas del mundo, las vides nunca entran en hibernación. Una vez vendimiadas y podadas, reinician una fase de crecimiento que conduce a una segunda cosecha en el mismo año. A ver cómo encajamos esto en los esquemas tradicionales. ¿Una botella determinada será de una añada, de la primera vendimia de mayo o de la segunda de diciembre?

La elaboración del vino está ahora bajo la dirección de Sébastien Thépénier, borgoñón de nacimiento que llegó en 2002 desde Alsacia. Sébastien ha supervisado el crecimiento multidimensional del viñedo de Rangiroa, que ahora alberga más que vides. La plantación original de cariñena roja sigue siendo la principal, pero las subparcelas incluyen ahora una uva blanca llamada italia y uva moscatel. Introducir una variedad en el viñedo supone bastante más que plantar nuevas cepas. Hay un proceso de adaptación. Tras plantar la variedad, Sébastien evalúa qué vides en concreto de esa variedad tienen más éxito. Esas son las que se clonan y se usan para plantaciones más amplias. Sobreviven las más aptas, en la mejor tradición darwiniana. Eso es precisamente lo que está ocurriendo ahora, pues se está realizando una prueba con chasselas, la uva blanca preferida de la zona de Lavaux, en Suiza. En esta etapa temprana, las vides de chasselas luchan por sobrevivir a los ataques de los insectos locales, por lo que, aunque las uvas son de buena calidad, las cantidades son minúsculas y las plantas en sí mismas, débiles. La esperanza es que algunos ejemplares de chasselas se adapten y demuestren ser resistentes y adecuados para una plantación más grande. A pesar de las dificultades actuales de la chasselas para adaptarse a su nuevo entorno, Sébastien se muestra cautelosamente optimista y recuerda que en el caso de la cariñena roja fueron necesarios diez años para realizar un proceso de selección similar.

Sébastien Thépénier.

Sébastien Thépénier.

Se han introducido en el viñedo algunas MEDIDAS DE CULTIVO BIODINÁMICO.

Se están produciendo avances en muchos frentes. De una producción de solo 400 botellas al año cuando llegó Sébastien se ha pasado a las 30 000 actuales. El riego manual con baldes ha sido reemplazado por un sistema de goteo, con agua suministrada por bombas que funcionan con energía solar. En 2016 se empezaron a probar varios métodos de cultivo biodinámico. Desdeñando los elementos más exóticos y controvertidos de la biblia biodinámica, como enterrar un cuerno de vaca lleno de estiércol en las viñas, Sébastien ha optado por las medidas más moderadas como usar compost y seguir los ciclos de la luna. Confeccionar un compost natural a partir de esquejes de vid y algas se lleva gran parte del esfuerzo en este sentido, lo cual parece obvio, ya que aumenta la presencia de coral en el suelo, de por sí importante. Y en cuanto a programar las actividades en el viñedo según las fases de la luna, sus beneficios pueden parecer, a primera vista, menos evidentes. No obstante, si nos paramos a pensar un momento, tiene su lógica: más que cualquier otro viñedo en la Tierra, esta parcela de Rangiroa está influenciada por su entorno marino, el cual a su vez está muy vinculado con las fases lunares.

Apuntando en una dirección completamente diferente está el cultivo de caña de azúcar para elaborar ron. La historia del ron de Rangiroa está marcada por ciertos períodos oscuros. El explorador francés Bougainville descubrió lo que se conoce como «Bourbon cane», una caña de azúcar que crecía en la Polinesia a finales del siglo xviii. Renombrándola como «O Tahiti Cane», la transportó a Mauricio. A partir de ahí, sus plantaciones se extendieron, inicialmente a las Antillas y la Guyana y después a muchas partes del mundo. A esto siguió la hibridación para producir variedades más rentables y resistentes. Lamentablemente, la «Bourbon cane» nativa original llegó a ser casi olvidada, incluso en la Polinesia, a favor de las variedades más modernas. El equipo que lidera Sébastien ha reintroducido la caña de azúcar original, con su distintivo color rojo, plantándola junto a las vides y aportando con ello autenticidad al proyecto del ron. La caña se fermenta en Rangiroa y luego se transporta a Tahití, donde un colega de Sébastien, Maxime Taupo, lleva a cabo la destilación para producir una gama de rones bajo la marca Mana’o.

Vin de TAHITI
Vin de TAHITI
Plantaciones de caña de azúcar que rodean el viñedo.

Plantaciones de caña de azúcar que rodean el viñedo.

Una prueba de la dedicación y habilidad de Dominique Auroy y Sébastien Thépénier es la ALTA CALIDAD y ORIGINALIDAD de estos vinos de Tahití.

El foco principal de los esfuerzos de Sébastien es, por supuesto, el vino. Aunque ha producido algunas cantidades muy pequeñas de tinto cariñena en el pasado, la oferta actual está formada por tres cuvées blancos y un rosado. En la parte superior de la gama se encuentra el Clos du Récif. Se trata de un cariñena roja 100 % elaborado con el fruto de las vides más antiguas del viñedo. Un porcentaje sustancial se ha envejecido en barricas de roble y el resto en «barricas» de terracota. Para hacer vino blanco a partir de una uva de vino tinto se requiere una técnica cuidadosa que pasa por dejar que el jugo fluya suavemente sin presionar en exceso las pieles, que es donde residen el color rojo y los taninos. El segundo blanco, Blanc de Corail, es una mezcla de cariñena roja, italia y un porcentaje muy pequeño de moscatel. El tercer blanco es un cuvée de cosecha tardía llamado Monamona. Es una mezcla de 55 % de italia, 40 % de cariñena roja y 5 % de moscatel. El rosado recibe el nombre de Nacarat y es casi en su totalidad cariñena roja con tan solo un pequeño porcentaje de italia. La diferencia en la forma de manejar la cariñena entre este rosado y los blancos es el tiempo de permanencia del mosto en contacto con las pieles y el grado de prensado, que debe permitir que los hollejos transfieran parte de su color y carácter, pero no todo.

Lo que han logrado Dominique Auroy y Sébastien Thépénier es extraordinario. Ver sus elaboraciones en las cartas de vinos de Tahití o Francia, los únicos lugares donde se encuentran, puede llevar a algunos a ser espontáneamente despectivos. «Sí, es vino. Y en botella, nada menos. Pero seguramente no más que eso». Sin embargo, son originales y de muy alta calidad. Tanto es así que, durante la estancia de varios días de este su servidor en la Polinesia, fueron los únicos vinos escogidos para acompañar cada comida.

Vin de TAHITI
Vin de TAHITI

Notas de CATA

Vinos catados por Jeffrey S. Kingston en la finca de Vin de Tahiti y en otros lugares de Rangiroa en septiembre de 2022.

CLOS DU RÉCIF 2021

Pedernal y hierro en nariz que recuerdan a la tierra coralina. Pleno en boca, redondo y con buena profundidad. Sabores a lima, minerales y vainilla, todos presentados con un enfoque excelente. Final largo y cítrico.

BLANC DE CORAIL 2021

Nariz mineral seguida de cítricos que conducen a un final de pomelo. No tan intenso como el Clos du Récif, pero perfectamente centrado y equilibrado.

NACARAT ROSADO 2021

Color ligeramente más profundo que el de los rosados clásicos de la Provenza. La nariz cítrica da paso a un cuerpo mineral de naranja sanguina, lo que lleva a un final igualmente cítrico. La profundidad de sabor y el cuerpo son impresionantes. Probado en Tahití junto con un rosado provenzal, el Nacarat lo superó en todos los aspectos.

MONAMONA 2021

Más ligero y fácil de beber que la mayoría de los vinos de cosecha tardía. Redondo en boca con ácidos brillantes, albaricoques y melocotón de viña. Final dulce y equilibrado. Casará bien con la comida.

Vin de TAHITI

EDITORIAL
Blancpain SA
Le Rocher 12
1348 Le Brassus (Suiza)
Tel.: +41 21 796 36 36
www.blancpain.com
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COMITÉ DE REDACCIÓN
Marc A. Hayek
Andrea Caputo
Christel Räber Beccia
Jeffrey S. Kingston


RESPONSABLE DE PROYECTO
Christel Räber Beccia


EDITORES JEFE
Christel Räber Beccia
Jeffrey S. Kingston


AUTORES DE ESTE NÚMERO 
Jeffrey S. Kingston
Laurent Ballesta
Jean-Marc Belin
Dietmar Fuchs


ADAPTACIÓN ESPAÑOLA
Ada Bersier-Schwarz
Syntech-Services Sàrl (Suiza)


CORRECCIÓN
Ubiqus
Syntech-Services Sàrl (Suiza)

 

CONCEPTO, DISEÑO GRÁFICO Y REALIZACIÓN
Tatin Design Enterprises GmbH
www.tde.tatin.info


DIRECCIÓN ARTÍSTICA
Marie-Anne Räber
Oliver Mayer


FOTOLITOGRAFÍA
Sturm AG, Muttenz (Suiza)


PREIMPRESIÓN E IMPRESIÓN
Joël von Allmen
Renaud Kritzinger
Blancpain 


OTRAS FOTOGRAFÍAS E ILUSTRACIONES
(LISTA NO EXHAUSTIVA)
Caroline Ballesta
Laurent Ballesta
Jean-Marc Belin
Ernest H. Brooks II
Andreas Häckler
Jeffrey S. Kingston
Renaud Kritzinger
PADI AWARE Foundation
Thomas Pavy
Adriano Penco
Enric Sala/NGS
Andy Salmon
Mark Strickland
Sulubaaï Environmental Foundation
The Economist
Vincent Truchet
Blancpain

Fecha de salida: Enero 2023

 

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