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BATHYSCAPHE QUANTIÈME COMPLET PHASES DE LUNE

En los años 70 toda la industria relojera entró en crisis. Frente a los relojes de cuarzo baratos procedentes de Asia, la Alta Relojería mecánica corría el riesgo de desaparecer. La estrategia puesta en marcha para competir con el cuarzo bajando los precios de los relojes mecánicos y retirando las complicaciones quedó lejos de alcanzar los resultados deseados. Pero Blancpain veía las cosas de otra manera. Para la maison, un reloj mecánico constituía una forma de arte y un homenaje al artesanado de excepción, así como a la tradición relojera. En lugar de simplificar sus relojes, Blancpain eligió reintroducir las complicaciones, entre las que destacaba un calendario completo con fecha, día de la semana, mes y fases de la luna. Este retorno a las raíces históricas de los garde-temps de prestigio reavivó su encanto y atractivo, dando así nueva vida a la relojería mecánica. Al descubrir este modelo Blancpain, a principios de los años 80, el público comprendió que un espléndido reloj realizado a mano no tenía nada que ver con un reloj de cuarzo producido en serie. El éxito de Blancpain con este calendario con fases de la luna fue inmediato. Allanó el camino que permitió a la industria relojera suiza salir de una crisis que casi la destruye. El espíritu de este modelo, que nació en los años 80 y se convirtió en emblemático de la maison, perdura hasta el día de hoy y surca todas las colecciones, incluyendo el Fifty Fathoms Bathyscaphe.

En el Quantième Complet Phases de Lune, la fecha se puede leer en el contorno de la esfera indicada por una gran aguja y se completa con unas ventanillas que permiten ver el día de la semana y el mes. La indicación de las fases de la luna, situada a las 6 horas, completa la disposición característica que Blancpain ha aplicado al Bathyscaphe. La incorporación de esta combinación de complicaciones no desvirtúa el ADN del Bathyscaphe, reloj de buceo desde sus inicios, en 1956. La paleta de colores de esta nueva versión de titanio es idéntica a la del modelo Automatique: el color gris de la esfera contrasta con el del bisel giratorio unidireccional de cerámica, ligeramente más oscuro. La esfera luce una sutil decoración soleada, que en este caso sí se distingue del motivo vertical del Automatique.

El movimiento, calibre de manufactura 6654, está dotado de un volante sin raqueta con espiral de silicio y dos barriletes. Posee una reserva de marcha de 72 horas. La función calendario desarrollada por Blancpain es única, en el sentido de que es totalmente segura. En el mundo de la relojería, la mayoría de los relojes con calendario son vulnerables a la rotura si el usuario intenta ajustarlo en el momento en que se efectúan las correcciones automáticas diarias. El calibre 6654 está protegido contra ese riesgo. Si el usuario efectúa un ajuste manual en el momento en que el movimiento realiza las correcciones automáticas, los componentes se desconectan automáticamente, lo que elimina todo riesgo de daño.

BATHYSCAPHE CHRONOGRAPHE FLYBACK

Históricamente, los cronógrafos no tenían cabida en el mundo del buceo. De hecho, los pulsadores utilizados para la activación, la parada y la vuelta a cero, esenciales en cualquier cronógrafo, no eran herméticos. Esta incapacidad de adaptar los cronógrafos al medio submarino condujo a Jean-Jacques Fiechter, en aquella época copresidente de Blancpain, a concebir un bisel giratorio para cronometrar las inmersiones. Esta creación, junto a otros inventos pioneros de Jean-Jacques Fiechter, dio vida al primer Fifty Fathoms.

Posteriormente, sin embargo, la invención de los pulsadores sellados permitió la creación de cronógrafos de buceo. Cuando en 2007 aparecieron por primera vez en la colección Fifty Fathoms, primero con el Fifty Fathoms Chronographe Flyback y después con el Bathyscape Chronographe Flyback, el director general de Blancpain, Marc A. Hayek, hizo hincapié en el hecho de que todos los relojes de la colección Fifty Fathoms tenían que ser totalmente funcionales bajo el agua, y que el cronógrafo tenía un lugar en la colección gracias a los pulsadores herméticos modernos.

El tono gris de la esfera y del bisel giratorio unidireccional de cerámica caracteriza al nuevo Bathyscaphe Chronographe Flyback de titanio. Igual que los otros modelos de titanio, esta versión también presenta un ligero relieve en la superficie de la esfera, cuya parte principal luce una decoración soleada que contrasta con el elegante motivo azulado de los contadores.

El Bathyscaphe Chronographe Flyback, como sus predecesores de cerámica y acero, está animado por un movimiento de carga automática, el calibre de manufactura F385. Palpita con una frecuencia ideal para un cronógrafo: 5 Hz. Así, cada segundo se divide precisamente en décimas. Siguiendo el linaje de los otros movimientos Blancpain, el F385 presenta un volante sin raqueta con espiral de silicio. La letra «F» que figura en el calibre señala que se trata de un cronógrafo flyback. En un cronógrafo corriente, se necesitan tres manipulaciones para cronometrar un intervalo temporal, volver a cero y empezar una nueva medición. Gracias a la función flyback, basta con pulsar una vez. La presión del pulsador situado a las 4 horas permite efectuar todas estas operaciones en un solo gesto.

EL BRAZALETE

Los tres nuevos Bathyscaphes de titanio vienen con un brazalete también de titanio grado 23. Su diseño se basa en el del «71», el brazalete clásico de Blancpain. Introducido en la colección por primera vez a principios de los años 90, el 71 debe su nombre al confort que procura cuando está ceñido a la muñeca. La nueva versión de titanio luce un elegante acabado cepillado en todos sus lados. Blancpain también ha desarrollado un nuevo sistema para unir los eslabones del brazalete. En la parte posterior de cada eslabón hay unas clavijas que permiten ajustar el brazalete con la mayor facilidad. No se necesitan herramientas especiales. Un simple atornillador basta para manipular las clavijas y retirar o añadir eslabones para ajustar perfectamente la longitud del brazalete.